La Espiritualidad en la vida castrense

El Encuentro de Pastoral Castrense realizado en octubre, se enfocó en continuar con el proceso comenzado en Argentina y Guatemala para la construcción de las Orientaciones Pastorales para la evangelización de las familias en el mundo militar y policial, a la luz de la exhortación «sobre el amor en la familia» (Amoris Laetitia) del Papa Francisco.

Se realizaron trabajos desde una nueva perspectiva, buscando un "cambio de mentalidad" que atienda de manera concreta la realidad de los militares, policías y sus familias; entendiendo todo este trabajo como un proceso y no meramente como una sucesión de eventos.

Si bien es cierto que resulta imposible cuantificar la espiritualidad, siempre se puede profundizar en el encuentro y compromiso con Cristo.

Una rica vida espiritual ayuda en la construcción de la familia.  Contribuye para fortalecer a los militares y policías en sus vivencias particulares y únicas.  Una fuerte espiritualidad predispone al diálogo y la unión matrimonial.  Ayuda a permanecer en el amor conyugal, el amor auténtico, a mantenerse fiel y fuerte ante las tentaciones de la vida familiar (soledad, aislamiento, lejanía del cónyuge e hijos, muchas horas de servicio, entre otras).

La pastoral castrense posee una riqueza invalorable de experiencia y su rol dentro de la Iglesia la ayuda para fortalecer la espiritualidad de las familias castrenses.

Esto es posible a través de acciones concretas como el acompañamiento espiritual, sobre todo a los más jóvenes cuando llegan a la unidad.

Es necesario trabajar en jornadas de novios, propiciar retiros espirituales y profundizar en la preparación pre-matrimonial.  A la vez, hacer un seguimiento de los matrimonios y organizar encuentros de familias.   También es fundamental la presencia constante a través de las visitas a domicilios.

Se destacó la importancia de un acompañamiento familiar serio garantizando la disponibilidad de los sacerdotes para esta tarea y establecer una asidua comunicación entre capellanes para que continúe el acompañamiento de las familias a pesar de los traslados de unidades.

De esta manera será posible hacer efectiva esa búsqueda de profundización y mantener viva la relación con Cristo.