Mensaje a la comunidad y Clero Castrense de Chile



Jueves 28 de Octubre, 2021



De su Obispo electo, Monseñor Pedro Ossandón Buljevic

1) Mensaje a la comunidad castrense de Chile

2) Mensaje a los capellanes militares del Obispado Castrense de Chile

 

​Mensaje a la querida comunidad castrense de Chile 

de su Obispo electo, Pedro Ossandón Buljevic.

“Señor, no soy digno de que Tú entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado quedará sano” Así se expresa el centurión, ante Jesús, a quien ha suplicado que sane a su servidor. Lo hace argumentando con una profesión de fe desde su formación militar, diciendo: “Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a este: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace». Es por esta fe que “Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían: «En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande (…) Por esta fe del oficial bueno, creyente y valiente, Jesús dijo al centurión: «Vete; así como has creído, te sea hecho». Y el criado fue sanado en esa misma hora” Mt. 8, 5 – 13

Muy querida comunidad castrense de las Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, bajo el amparo de Nuestra Señora del Carmen y en plena comunión con el Papa Francisco, imploro, al asumir humildemente como su Obispo y con esta fe del soldado ejemplar, la bendición de Dios para los capellanes militares y para cada uno de ustedes y sus queridas familias, con las que tengo la alegría de pertenecer desde niño como hijo de un oficial de Ejército.

Es una bendición agradecida por el generoso y sacrificado espíritu de servicio que siempre han ofrecido, sobre todo en estos tiempos de pandemia y de grandes desafíos, donde han vuelto a expresar su compromiso vocacional y profesional por el bien común de la familia de Chile. A la que han jurado por Dios y la Patria proteger para la defensa nacional, en las misiones de paz y en las tragedias naturales a lo largo de nuestra historia.

Invoco también para esta bendición a santos soldados, como san Francisco de Asís, san Juan de Capistrano, san Ignacio de Loyola y los soldados conscriptos, san Alberto Hurtado y Manuel Larraín, que después fue Obispo de Talca, y quienes hicieron su servicio militar en el año 1920 en el Regimiento de Infantería Yungay en la segunda escuadra de la décima compañía de esta unidad militar. Los invoco en esta bendición porque en todos ellos reconocemos lo más noble del alma de un soldado: su profundo espíritu de fe y de servicio fraterno hasta dar la vida como Jesús, el Señor. Buen espíritu que los prepara, como profesionales de la fuerza, para cuidar la paz; como servidores públicos, para extender los brazos solidarios en la tragedia y en el desarrollo del país; y como ciudadanos responsables, para desvelarse con sabiduría y prudencia en defender la Constitución y las leyes que nos rigen, el Estado de Derecho, la institucionalidad democrática y obedecer con lealtad a nuestras autoridades legítimamente elegidas por decisión libre y soberana del pueblo de Chile.

Una bendición de Dios que quiere - y en esto me comprometo con los capellanes castrenses junto a ustedes y para ustedes - seguir fortaleciendo la valiente bondad de Dios en nuestros corazones, la que nos enseña que en esta vocación de servicio se descubre la alegría más grande, la que se recibe en dar la vida por los amigos, por el pueblo santo de Dios. Siguiendo a Jesús en su misterio pascual, donde ofrendó su vida en la cruz para vencer a la muerte, al pecado, al odio y el demonio, resucitando al tercer día. El que ha venido para que tengamos Vida y Vida en abundancia. El que en la maternidad de la Iglesia nos acoge, escucha, acompaña y atiende a cada uno por su nombre y en las más sentidas necesidades, sobre todo cuando estamos enfermos, heridos o hemos caído.

Junto a todos los soldados y sus familias de todos los tiempos y como comunidad castrense de Chile pidamos a Jesús su bendición. La que nos anima y renueva en la fe, la esperanza y la caridad para seguir colaborando en la reconciliación, el perdón, la justicia y la paz en nuestro país y con todos los países hermanos. Para ello, leamos juntos el buen consejo del Apóstol Pablo, quien en su carta a los Colosenses nos dice hoy a nosotros: “Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado; haced vosotros lo mismo” Col. 3, 12-13

Dios nos bendiga, anime y santifique con la gracia de la sincera conversión permanente, el espíritu de comunión fraterna y el compromiso solidario y evangelizador. Para ello pidamos a Nuestra Señora del Carmen, Reina y Madre de Chile y de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, interceda siempre por nosotros, sus hijos y subalternos muy amados.

Jueves 28 de octubre de 2021

Fiesta de los santos Apóstoles Simón y Judas.

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Mensaje a los capellanes militares del Obispado Castrense de Chile De su Obispo electo,

+ Pedro Ossandón Buljevic

Queridos capellanes militares de Chile,

He rezado dando gracias a Dios muy especialmente por cada uno de ustedes desde que supe la noticia de que el Papa Francisco me pedía la responsabilidad de ser Obispo de la Iglesia Castrense. Y este sábado 23 de octubre, leí con atención el afectuoso saludo que les hizo llegar el P. Claudio Verdugo, a quien quiero en primer lugar agradecer por su testimonio de fe y servicio en nuestra comunidad eclesial, sobre todo en estos meses a la espera de un nuevo Pastor. Gracias P. Claudio. Ese día ofrecí la Misa por todos ustedes en la memoria litúrgica de san Juan de Capistrano, Patrono de los Capellanes militares en el mundo. Reciban siempre mi bendición agradecida y mi compromiso de acompañarlos en Jesús, el Buen Pastor, al servicio evangelizador de la Iglesia Castrense.

A muchos de ustedes los he conocido de cerca y doy fe de su entrega generosa. Desde niño siempre mis Padres invitaban en una nueva destinación a nuestra casa al Capellán. Fueron los primeros sacerdotes que aprendí a querer en familia, la Iglesia doméstica. Quiero recordar especialmente a Don José Joaquín Matte Varas, a quien conocimos de cerca en la Escuela Militar a mediados de los años 1960 y, luego, primer Obispo Castrense en Chile. También quiero recordar al R.P. José Miguel Cañabate, sm, quien en esos mismos años colaboró como Capellán Adscrito en la formación de los futuros oficiales del Ejército. En ellos dos doy gracias a Dios por todos los sacerdotes y obispos que han servido a la Patria en las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. Los que serán para nosotros ejemplo de servicio sacerdotal y con los que seguiremos unidos como presbiterio escuchando el consejo de san Juan de Capistrano en su “Tratado Espejo de los clérigos” donde nos enseña: “Los que han sido llamados a ministrar en la mesa del Señor deben brillar por el ejemplo de una vida loable y recta, en la que no se halle mancha ni suciedad alguna de pecado”

Que la Virgen del Carmen Madre y Reina de Chile, Patrona y Generala Jurada de las Fuerzas Armadas y de Orden siga intercediendo por todos nosotros para realizar nuestra sagrada misión. La que expreso con las palabras del P. Claudio Verdugo en su carta reciente: “anunciar el Evangelio de Jesucristo, santificar mediante los Sacramentos, catequizar y hacer presente el Reino de Dios entre los fieles” del Obispado Castrense. Dios los bendiga, un abrazo en el Señor Jesús,

28 de octubre de 2021

En la fiesta de los santos apóstoles Simón y Judas  

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